Entrevista con Francisco Iribarren, Vicepresidente y Consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Navarra
Medio: Revista Negocios de Navarra, especial 15 años
«En los próximos años tenemos que potenciar la confluencia empresa-universidad»
Arbitrar fórmulas para conseguir interrelacionar el mundo de la empresa y el mundo de la universidad le parece fundamental al vicepresidente del gobierno de Navarra y consejero de Economía y Hacienda, Francisco Iribarren, para hacer frente al proceso de transición desde una situación económica con fuerte presencia del sector industrial
hacia otra en la que los servicios van a ganar progresivamente mayor protagonismo a lo largo de los próximos años.
La globalización y las tecnologías de la comunicación están cambiando el mundo y me temo que esa transformación deja obsoletas las bases sobre el que se ha asentado el desarrollo de Navarra. ¿Estamos ante un modelo agotado?
No creo que el modelo que se puso en marcha hace 40 años esté agotado. No hay que olvidar que simultáneamente surge otro, que es el del entorno universitario, que está hoy absolutamente vivo y tiene una gran proyección de futuro. Por lo tanto tenemos que seguir hablando de desarrollo industrial y de comunidad de conocimiento porque Navarra va a continuar apostando por la industria, por una industria de valor añadido. ¿Cómo? Por supuesto saliendo fuera, integrando tecnología y valor diferencial. Por ejemplo una industria que parece que tiene mucho futuro es la derivada del sector alimentario en su evolución hacia el mundo gastronómico, aquí tenemos un recorrido y unas posibilidades tremendas incorporando conocimiento a los procesos industriales. Está claro que tenemos que evolucionar, pero las bases de partida son muy sólidas.
Y que nuestras empresas empiecen a ver a la Unión Europea como el mercado natural
Sigo pensando que nuestro mercado natural es España. Y después de España es Europa, Iberoamérica, Estados Unidos… canales conocidos, en los que nos movemos muy bien. Pero el primero es España, se nos olvida nuestra posición como región, tendemos a leer mucho la prensa nacional donde se habla de que el problema de España es vender en la UE. De acuerdo, pero el problema de Navarra, no. El problema de Navarra es vender fuera de Navarra, en España. Eso es importante conocerlo desde el punto de vista de la captación de demanda externa, porque la demanda de La Rioja es tan buena como la de Aquitania. Esto, sin menoscabo de que culturalmente sea muy importante abrirse hacia fuera, estamos en un mundo globalizado y por tanto hace falta que nuestros jóvenes, nuestros directivos se proyecten hacia otros mercados.
Entonces tenemos elementos endógenos para abordar el futuro.
Creo que sí. Tenemos capacidad endógena, una comunidad de conocimiento que no la estamos sabiendo explotar. Un ejemplo: notamos la presencia en Navarra de lo que son entidades relacionadas con las tecnologías de la información del País Vasco y Cataluña, que no están intentando vender tecnología en un lander alemán. No, no, la venden aquí. Eso sí, lo está haciendo con nuestros universitarios, jóvenes que nosotros hemos formado y posteriormente han sido contratados por empresas de fuera para vender sus servicios en Navarra. Por tanto, tenemos mucho para recuperar ahí y dar a esa comunidad de conocimiento las oportunidades para que el sector TIC se desarrolle en Navarra.
Un sector que presenta bastante debilidad.
Del que no estamos en absoluto satisfechos por como está evolucionando, creemos que hay que potenciar la demanda de servicios y para ello no queda otro remedio que apoyar la oferta.
¿Siguiendo otros modelos europeos en los que la administración ha apostado fuerte y ha sido motor fundamental para el avance de estas tecnologías?
El Gobierno ya ha aprobado el II Plan de Promoción del Sector TIC que va dirigido a conseguir que éste sea un sector de desarrollo en Navarra. Hasta ahora todas las acciones iban dirigidas a romper brechas digitales, a obtener mayores alcances sociales en materia de sociedad de la información, ahora ya nos planteamos que sea un modelo de desarrollo.
Y además se va a completar la red de infraestructuras de comunicación.
Son tres planes que se entremezclan. Tenemos el II Plan de la Sociedad de la Información, el de Infraestructuras Tecnológicas y el del sector TIC. Pretendemos poner toda Navarra en banda ancha y facilitar que en tres años se generen mil empleos.
Volvamos al principio en este ejercicio de proyección. ¿Vamos a ser capaces en los próximos años de seguir sosteniendo la participación que tiene la industria en el PIB?
No. En Navarra en los próximos años seguirá siendo también muy importante el sector industrial, pero indudablemente estamos evolucionando desde el sector industrial hacia los servicios. Navarra hace 40 años era una comunidad eminentemente agrícola y evolucionamos hacia el sector secundario, pero hoy el sector sigue presentando gran importancia si a los cuatro puntos del sector primario sumamos los diez puntos del sector industrial asociado al sector primario. Por tanto, no nos hemos desenganchado de la agricultura, nos sirvió para lo que tenemos hoy. De la misma manera el objetivo actual es que el sector industrial nos sirva para evolucionar hacia los servicios.
¿Diría también que en el sector industrial hay una cultura, un importante conocimiento que se puede transferir?
Sí, pero la gran asignatura es unir universidad y empresa. Cómo hacer que los universitarios sean emprendedores y los emprendedores sean capaces de hablar con los universitarios. En los próximos años esa va a ser la confluencia que tenemos que potenciar.
¿En esa distancia que existe entre empresas y universidad qué responsabilidad tiene cada una de las partes?
No creo que se trate de imputar responsabilidades, lo que hay que hacer es que en los próximos modelos de financiación de la universidad tengamos en cuenta desde el Gobierno que es necesaria esa interrelación, por tanto igual tenemos que ver cómo financiar a las empresas para que sean ellas las que se dirijan a la universidad como modo de forzar esa interrelación.
Lo que está claro es que uno de nuestros puntos fuertes es la comunidad de conocimiento, dos universidades que tienen que servir al desarrollo de Navarra.
Sin ninguna duda. Crean magníficos profesionales que desgraciadamente en muchos casos se van fuera. Tenemos que rentabilizar esto. Cada universitario que se forma en Navarra nos cuesta un dinero y tenemos que rentabilizarlo generando empleo.
¿En esta evolución qué papel le toca jugar al sector público?
El sector público tiene que ser un impulsor de infraestructuras, y en primer lugar, tenemos que finalizar todas las infraestructuras de transporte, bien sea viario, aéreo o de comunicaciones de banda ancha. Además vamos a impulsar la unión entre el mundo del conocimiento y el mundo de la gestión y crear las condiciones de entorno que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos, porque a través de ello también captamos valor del exterior. Tenemos que intentar no restar competitividad a las empresas con políticas fiscales erráticas o creando regulaciones extrañas, ni endeudarnos masivamente como se reclama desde algunos sectores, porque estaremos trasladando costes a las empresas. En conclusión, tenemos que seguir administrando con equilibrio, sin hipotecar la riqueza a futuro.
¿Sería necesario algún tipo de consenso social para compartir estas prioridades?
En estos momentos me encantaría tener consenso en lo básico, pero lo que ocurre es que no todos los partidos que están llamados a gobernar, están por la labor.
¿Cómo se conjuga esa política de impulso transformador con la política fiscal cuando la dinámica es demandar cada vez más de la administración y aportar menos?
Desde la sociedad civil se debería mandar algún mensaje de cordura.
La sociedad civil cada cuatro años se manifiesta y les ratifica, si ustedes lo han hecho bien o los reprueba, si lo han hecho mal.
Sí, sí, por supuesto. No se trata de eso, me refiero por ejemplo al debate sobre la enseñanza de 0 a 3 años, que no es un modelo menor porque estamos dedicando a cada niño aproximadamente no menos de 700.000 de las antiguas pesetas, lo que nos cuesta formar un ingeniero industrial. Por ello creo que alguien tiene que decir algo además de nosotros. Sin embargo ni las comunidades formativas, ni las empresariales, ni las universidades, nadie dice nada. Y este no es un debate sólo entre políticos, porque si en la educación de los próximos años vamos a desarrollar el modelo de 0 a 3, seguro que no desarrollaremos otros ciclos, porque no hay recursos para dedicar más a 0 a 3, más a la universidad, más a la secundaria. No hay ni va a haber. Por todo ello, alguien además de nosotros debería decir “yo prefiero, me parece…” y generar un debate, pero veo a la sociedad navarra muy parada, como si tuviéramos recursos para todo y para todo no hay.
Esto es una debilidad
Creo que somos pasivos y que nos gusta que nos den todo hecho, que Diputación resuelva el problema. Hasta en cierto punto la circunstancia de que el Gobierno tenga que convertirse en empresario, que se convierta en motor empresarial, es un signo también de esa pasividad.
¿Sobre qué otras debilidades tendríamos que actuar?
De cara a los próximos años en todo lo relacionado con la sociedad de la información, que estamos en los últimos puestos.
Una posición que no se corresponde con nuestra potencia industrial
Ni con nuestro nivel de desarrollo, ni en hogares ni en pymes. Tenemos buenos equipos, porque tenemos capacidad de compra, pero el 40% de los menores de 14 años en Navarra desconoce cualquier tema relacionado con la sociedad de la información y no le interesa. Esto es muy grave.
¿Y nuestros puntos fuertes?
Indudablemente, nuestro nivel de capacidad científica y de conocimiento, el segundo punto fuerte es el tejido que tenemos, partimos de un entramado empresarial importante, muy diversificado y sólido y contamos con mejores niveles de calidad de vida y de bienestar.
¿Las amenazas dónde las encontramos?
Me preocupa esa tendencia tan nuestra de mirarnos al ombligo, que en lugar de asumir la globalización estemos constantemente adoptando posturas pasivas. Tenemos una segunda amenaza en la demografía, somos pocos y deberíamos crecer más. Y también me preocupa el peligro que corremos de separarnos de los polos de atracción de Madrid o Barcelona en los temas tecnológicos.
¿Y las grandes oportunidades?
Navarra transmite calidad de vida, por tanto nuestras oportunidades están en todo lo que tiene que ver con ella.